El estudio de arquitectos Hiroyuki Ogawa desarrolla este trabajo para una empresa de repostería japonesa llamada“Chimoto”.El nombre significa "mil flores de cerezo"y su especialidad es el pastel de arroz llamado Yumochi.
El arquitecto transforma un edificio de principios del siglo XX en una casa de té. El objetivo es crear un espacio donde se evoca el espíritu tradicional japonés, para ello se utiliza uno de los símbolos más conocidos de la cultura japonesa, la flor del cerezo.
En el interior predominan las formas curvas, tanto en las paredes como en el mobiliario para crear un espacio más suave y agradable. En las ventanas se colocan pantallas de papel con líneas para parecer las ramas de los cerezos.
Las superficies de los muebles y el mostrador se colocan gasas cortadas en forma de pétalos y luego se revisten con resina de poliéster.
Por último, unas cortinas blancas para proteger la cocina de la parte trasera de la tienda y en la entrada una cortina de tela tradicional (noren).
vía: Hiroyuki Ogawa Arquitectos
No hay comentarios:
Publicar un comentario